En el silencio de nuestro espacio compartido me encuentro perdido en mi propio ritmo.
Tu presencia es una forma familiar
Pero tu ausencia es un dolor pesado
Tus palabras son música para mis oídos.
Pero a menudo me siento como aplausos vacíos.
Anhelo la profundidad de tus ojos
Pero parecen contener sólo suspiros
Somos dos almas viviendo en la misma piel.
Dos corazones latiendo con parientes diferentes
Anhelo ser visto, escuchado, conocido
Pero en lugar de eso soy sólo un tono fantasmal
En la noche, cuando cae la oscuridad, solo me quedan mis propias llamadas.
Los ecos de mis miedos susurrados
Los fantasmas de las lágrimas que no traen alegría
Tu toque enciende una llama fugaz
Pero se extingue rápidamente con tu nombre.
Me llamas tuyo, pero no estoy seguro
Si realmente escuchas el llamado de mi corazón, o solo una palabra o dos
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